UNA CERVEZA QUE GUSTA GUSTA Y MUCHO
LA CERVEZA DIVINA-AMEN
HISTORIA
Existe un remoto poblado de Bélgica en el que en sus afueras nos encontramos con una diminuta y antigua abadía llamada San Sexto de Westvleteren. La diferencia de este monasterio con los demás es que sus monjes realizaron un pacto de silencio y un juramento de nunca divulgar la receta ni la manera exacta en la que destilan su cerveza. Como resultado, no solo producen la mejor cerveza del mundo sino que además la más escasa y curiosamente una de las más baratas. Debido a que su destilación es completamente artesanal y solo trabajan 10 monjes en la destilería, solo llegan a producir un puñado de miles de botellas al año que sirven para cubrir todos los gastos de la abadía y donarle algo de dinero al pueblo. Sin embargo, su fama es tan notoria que miles y miles de personas viajan a la zona con el fin exclusivo de probar la cerveza, con la mala fortuna de que sólo unos pocos afortunados en el momento y lugar correcto logran hacerlo. Si bien cada botella es vendida a unos escasos dólares, son muy pocos los compradores que la toman ya que la gran mayoría, a pesar del cartel de “no revender” en su etiqueta, terminan vendiendo cada botella a varios cientos de dólares en el mercado negro; además de este mercado negro también existe una extensa cantidad de falsificaciones, sobretodo en sitios de subastas por Internet, donde aseguran vender botellas de Westvleteren cuando en realidad solo venden copias falsificadas.
Nota curiosa: Durante la Segunda Guerra Mundial la destilería de Westvleteren fue la única que pudo conservar los toneles de cobre, incautados a las demás por el gobierno ya que estos se fundían para fabricar municiones. Esta “vista gorda” se concedió especialmente ya que las autoridades temieron sacarle los toneles y que como resultado nunca más volvieran a producir una cerveza con el mismo sabor.
En la versión inglesa del sitio web de la abadía tienen una “guía de elaboración” donde comentan algunos de sus ingredientes y métodos de elaboración… aunque ninguno de sus secretos.
Nota curiosa: Durante la Segunda Guerra Mundial la destilería de Westvleteren fue la única que pudo conservar los toneles de cobre, incautados a las demás por el gobierno ya que estos se fundían para fabricar municiones. Esta “vista gorda” se concedió especialmente ya que las autoridades temieron sacarle los toneles y que como resultado nunca más volvieran a producir una cerveza con el mismo sabor.
En la versión inglesa del sitio web de la abadía tienen una “guía de elaboración” donde comentan algunos de sus ingredientes y métodos de elaboración… aunque ninguno de sus secretos.
DA GANAS DE TOMARSE UNA NO?
No hay comentarios:
Publicar un comentario